Invisible España

Basta con pronunciar en voz alta algunas palabras, como Escuela de traductores de Toledo, América, Hernán Cortés, Cervantes, Velázquez, Goya, Ortega, Madariaga, para recordar, con sus luces y sus sombras, como influyeron las ideas, la acción y los hombres de España en el alumbramiento de Europa.

¿Puede decirse otro tanto de las ideas, la acción y los hombres de España en la historia de la UE de los últimos veinticinco años?..

Recibir subvenciones pagadas por los contribuyentes alemanes, franceses e ingleses quizá no sea una contribución históricamente significativa. Las modestas participaciones nacionales a grandes proyectos industriales europeos (Airbus, etc.) son anteriores y están parcialmente al margen de la UE. España fue un aliado fiel durante la primera Guerra del Golfo, cuando el ministro español de cultura de la época no dudaba en destituir a los directores generales que no aprobaban la solidaridad sin tacha de González con Bush padre. España aceptó, como el resto de Europa, que la aviación norteamericana bombardease los Balcanes, camino de su inquietante fragmentación étnica y política, para imponer una cierta paz armada a las puertas de una indefensa UE. España ha cumplido con disciplina los rigores de un Pacto de estabilidad monetaria dinamitado por Francia y Alemania. España defiende sus intereses como lo estima oportuno en el seno de los consejos europeos, sin que tal comportamiento deje al descubierto, siempre, una visión propia de la empantanada arquitectura institucional, diplomática y económica de Europa. Los ataques hispano-franceses de “patriotismo” energético tampoco ilustran de manera muy convincente la existencia invisible de ideas propias sobre el incierto futuro de la construcción política de Europa.

Sabemos que la elección del Parlamento europeo a través del sufragio universal fue una idea del dúo Giscard-Schmidt. El Acta única, el euro, el BCE, etc., tienen unos “padres” bien conocidos, entre quienes no figura ningún español relevante. Inglaterra, con Mrs. Teatcher o Tony Blair, aporta cada quinquenio, cuando menos, ideas de fondo sistemáticamente rechazadas en París y Berlín. Varsovia acaba de proponer una suerte de “OTAN energética”, provisionalmente rechazada, en Bruselas y Berlín, pero que bien refleja la existencia de ideas propias de mucho calado.

La Unión está en una encrucijada, víctima, entre otras muchas crisis, del rechazo francés al proyecto de Tratado institucional y de las actuales llamaradas “nacional patrióticas”. Francia está en cuarentena. Alemania e Inglaterra juegan papeles cruzados en la escena continental y mundial. Los intereses económicos, políticos y diplomáticos de España son definitivamente internacionales: ¿Cuáles son las ideas motrices y la arquitectura conceptual que permita defenderlos de manera más visible?

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Europa, en la encrucijada: Estancamiento, archipiélago de Estados egoístas, anarcocapitalismo, acaso…